Ruby Lilly Hotel Munich

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Entrar por las puertas de Ruby Lilly es como retroceder en el tiempo, a la era del champán y las hombreras: la brillante década de 1980. El inimitable Monaco Franze nos acompaña en cada paso del camino vestido de mocasín. De hecho, Lilly lleva el nombre de su único amor no correspondido. Desde cintas de casete y televisores antiguos hasta un candelabro de champán, el look de Lilly se burla cariñosamente de la más decadente de las décadas y de su ostentoso set de schickeria. En el bar y en la terraza de la azotea, el kir royale sigue fluyendo, junto con bebidas y aperitivos adaptados a los gustos modernos. Por la mañana, se sirve un desayuno saludable con café barista. Todas las habitaciones de Lilly reflejan nuestro estilo Lean Luxury, con una cama grande y cómoda, una ducha de efecto lluvia y toallas suaves y esponjosas. Y aunque los cálidos acabados en madera contrastan con los elementos sin pulir, un amplificador Marshall te permite dejar el Walkman en casa.